miércoles, 19 de noviembre de 2008

Muerte a Frenando Alfionso

—¿Qué quieres, Chelo?

—En una ocasión me preguntó usted si, bueno, si mi conocimiento del código samurai era un guiño a mi perseguidora nacida en Osaka, Tanako Sasanga. ¿Lo recuerda?

—Fue la primera vez que me llamaste. Habías decapitado a Stylen Siegaal con una katana.

—Exacto. Y mi respuesta fue...

—“La luna estaba en el cielo antes de caer la noche”.

—¡Que me aspen! Impresionante memoria, Tanako.

—Mi trabajo es reunir información.

—Hoy me pregunto si fue al revés, si le asignaron esta misión por haber nacido en Osaka. Ana Sosa Pintona dijo que es usted cinturón negro, así que, ¿es descabellado pensar que dirige el caso gracias a mi admiración por el código Hagakure y el kendo?

—Dirijo el caso porque soy terca como una mula, y no pararé hasta que des con tus huesos en la cárcel. En el mall estuve cerca de atraparte.

—Bueno, sin su ayuda no hubiera podido desalojarlo.

—¿Sabes cuántos millones de euros en daños materiales?

—¿Se preocupa ahora por lo material? Aquel día en las afueras no murió nadie.

—Entrégate, haremos un trato con la fiscalía.

—¿Quién es su nuevo amigo, Tanako? ¿Un retoño del fiscal?

—Se llama Ángelo Friendy. El teniente Friendy es experto en criminología patológica.

—Tiene buen gusto para los zapatos. Me encantaron los mocasines de ante british style, imprescindibles esta temporada.

—¿Qué quieres, Chelo? ¿Por qué me llamas?

—Hay un Remault Negame con los neumáticos reventados en el porche de Frenando Alfionso.

—¿El campeón de fórmula uno?

—El hombre anuncio. “No es lo que tengo, es lo que digo que soy”. Hace un par de días, yo desayunaba en un bar. Un parroquiano señaló hacia la tele y dijo, “¡Se merece una estatua!”. Y otro dijo, “¡Cuando hicieron a Alfionso rompieron el molde!”. Ya era hora de sacar su cara de los intermedios publicitarios, ¿no cree?

—(Frenando Alfionso, quiero un coche en su casa, rápido, ya.)

—No apriete a sus muchachos, Tanako. El hormigón ha terminado de fraguar.

—Santa Barbarie. ¿Qué le has hecho?

—Un Remault Negame tiene un habitáculo de unos 3 metros cúbicos. Hará falta un martillo mecánico para sacar al campeón, con cuidado de no romper el molde.