sábado, 5 de diciembre de 2009

Muerte a la Generación Nocilla

Sala de Prensa de La Casa Incendiada de Madrid. Se sirve un vino español al cierre de la presentación del Manifiesto Generacional Nocilla, cuyas proclamas se exhiben serigrafiadas sobre el culo de un Cervantes de vinilo con liguero, medias y zapato alto. Pura provocación.

Proclama #1 del Manifiesto: “Di que eres mutante, punk o afterpop”. Proclama #2 del Manifiesto: “La jerga técnica es guay. El lector fractal requiere iluminación estroboscópica, es decir, no necesita entender nada”. Proclama #3 del Manifiesto: “Zapping, rewind, fast forward”. Proclama #4 del Manifiesto: “Si el público traga, el editor aplaude. Escribe como te salga del nabo”.

La promoción editorial abunda en anunciarnos que la generación “aglutina a los autores que están reinventando el formato de la novela española”. Un vistazo alrededor me permite confirmar que el reinventor estándar es un varón de treinta y tantos con un MacBook y unas Chuck Taylor. Mientras las voces más interesantes de la literatura actual son femeninas, la proclama “Escribe como te salga del nabo” parece dejar al margen a nuestro sexo débil.

—¿Habeis visto al bombero? ¡Qué caña de disfraz!

Se dirige a mi uno de los afamados, el que acuñó con el culo el término Poesía Afterpoética al recibir el Premio PiXeLiZa de Narrativa con Influencia Audiovisual. Su novela deconstruída se ha vendido bien. “Lo más fresco del año, un ejercicio intergenérico de cronotopía anti-establishment”, según la revista Merde. Yo vengo del futuro con un traje incombustible para acuñarle en la frente otra etiqueta:

—¿Habéis oído hablar del Impresionismo Trasindustrial? —digo por la boca del bombero.

Mientras me rodea un grupo de curiosos, defino el movimiento como “una generación de chicos listos deslumbrados por la tele, que consiguen impresionar a su audiencia con jerga tecnológica que acaban de leer en la Weeweepedia”, o como diría Eduard Punset, “una versión barata del humanismo materialista fundamentada en la cultura popular y la divulgación científica”.

—¿Quién es Punset? —pregunta un invitado sorbiendo su copa de vino español— ¿Qué es la Weeweepedia?

—Era una web hiperútil. Hasta que dinamitó los servidores esa asesina tan letal, la freaky bloggera, Chelo nosequé, ¿cómo se llama?

—¡Chelo Insania!

—Y esa Insania, ¿de qué generación es? ¿Será una impresionista trasindustrial?

—Chelo es una degenerada —informa el bombero—. Hay que darle de comer aparte.

Lo más punk que han hecho estos chicos fue tatuarse el logo de DIESEL durante una acampada en el FIB, lo más antisistema descargarse la discografía de Rage Against The Machine. Mi escenario es la pasarela y conozco el mecanismo. Los messengers de la modernidad ya están pasados de moda, pues corresponde a la historia encontrar intersecciones desde una perspectiva de décadas.

—Ahora que estamos en alza es hora de desmarcarse.

Cuando una generación viva decide definirse a sí misma en los confines de su tiempo, ofrece un producto lácteo caducado. Leche, cacao, avellanas y azúcar.

—La Generación Nocilla no existe —dice otro inspirado—, yo diría que somos una red.

Para vender hay que envasar, claro. Pero esta literatura de Facebook apesta a manual de autoayuda follado con documental. Por eso he traído mi uniforme de Montag, con la salamandra en el brazo y el casco con el número 451.

—¡Déjate de rollos, bombero! ¿Que te parece el manifiesto?

—Con sinceridad, una audacia incontestable.

—¡Y aún no has visto nada! Cuando DJ Toño pinche Nine Inch Nails soltaremos las palomas pintadas de negro.

Una ola de desmayos, copa en mano, recorre el público asistente al paso de las palomas. El somnífero diluido en el vino español deja en pie la crema de la generación.

—¿Qué hace la gente en el suelo? ¿Alguien sabe de qué va la performance del bombero?

¿Alguien sabe la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde? Mis pupilas se encienden cuando empuño el lanzallamas y...

—¡No nos engañas, eres Chelo Insania! ¡Qué disfraz más fronterizo! ¡Y el lanzallamas parece de verdad! ¡Nos flipa lo que haces, siempre tan freak! ¿Cómo sabias que ninguno probaríamos el vino?

—Los nocilleros sois tan predecibles... ¿Alguna pregunta seria antes de pasar a la posteridad?

—¿Es verdad que acuñaste el término Impresionismo Trasindustrial, Chelo?

—Estáis a la última. Lo he acuñado hace apenas cinco minutos.

—¿Es la primera vez que asesinas una generación? ¿No crees que el genocidio disparará las ventas?

—¡Que me aspen! Vuestro pragmatismo me tiene impresionada.