jueves, 22 de octubre de 2009

Muerte a Co Starring

La mayoría de las democracias son rebaños de corderos. Pero la historia del pueblo francés no es la de otra turbamulta de sonámbulos que se deja conducir con los ojos cerrados. En 1889, centenario de la Revolución Francesa, de nuevo en contra de la opinión popular, se inaugura en París la Gran Obra de Mal Gusto: extravagantes toneladas de hierro y remaches para 312 metros de torre. Apenas consiguió apaciguar el estupor de los parisinos la promesa de las autoridades de demolerla tras la clausura de la Exposición Universal para la que se había diseñado. Los parisinos de hoy —y el resto del Mundo Libre— no imaginan un París sin ella.

La propuesta es seductora, aunque deba estudiarla con extrema cautela. Siempre puede tratarse de otra emboscada de Tanako Sasanga, o de un anzuelo de Rolanda Matacanes. Esta es la carta recibida en el Libro de Visitas del blog:

Señora Insania,

La gente guapa consume mucha ropa. Las personas para las que trabajamos tienen serios intereses en que esta tendencia continúe. También valoran el talento director de una auténtica trendhunter, lo que sumado al alcance mediático de sus acciones criminales la convierte a sus ojos en The Next Big Thing. Tiene usted mucho que ganar a nuestro lado. Estamos deseosos de entrevistarla, en las condiciones que establezca.

Atentamente, Starring & Starring Abogados.

Cito a los señores Starring en la Dama de Metal de la capital de la moda, lo que les parece “una soberbia idea”. En el mirador del tercer nivel de la torre existe una escalera que accede a una plataforma exterior, donde el viento me tira del pelo para recordarme el vértigo de pisar a trescientos metros de altura, separada del vacío por una baranda.

Al otro extremo del estrecho pasillo aparecen los tres tipos. Manicura, peluquería, limpieza de poros, abrigos cruzados de Christian Dios... Esas son para mi sus tarjetas de visita aunque me ofrezcan sus tarjetas de visita: Also Starring, Guest Starring y Constantine Starring, abogados de la firma Starring & Starring.

Aseguran que no son hermanos aunque compartan apellido. “Sus clientes” —una misteriosa asociación masónica que maneja los hilos de la moda— están preocupados por la velocidad que imprimen al Mundo Libre las nuevas tecnologías. El remplazo de tendencias es negocio, aseguran, siempre que se sostenga durante temporadas. Sin embargo hoy todo cambia demasiado rápido, incluso para los reflejos de la moda. Las estaciones parecen insuficientes, y algunos diseñadores lanzan colecciones nuevas a mitad de temporada. Si esta tendencia continúa, la demanda del público pronto escapará del control de “sus clientes”. Y la moda corre peligro de volver a ser propiedad de la gente de la calle.

Los señores Starring se quitan la palabra unos a otros:

—¿Se hace cargo de la gravedad de este litigio, Señora Insania? Representamos a poderosas corporaciones... Interesadas en la sostenibilidad de un negocio que mueve... Y la gestión del cambio ha demostrado su insuficiencia para... Nuestros clientes entienden que la solución al problema consiste en... Considere la posibilidad de aislar tendencias adecuadamente fuertes... Tendencias capaces de arrastrar a minorías selectas... Sí, capaces de perdurar en el tiempo... No ha habido muchas desde los años 90, ¿verdad señores? Cada vez tienen menor calado, diría yo, y... Cada vez son más volátiles... Internet tiene buena culpa de eso... Hablamos de tendencias que puedan recuperarse después de diez o veinte años... Son las que interesan a nuestros clientes, diría yo... Pero usted domina este lenguaje, claro... Usted es consciente de las trends y el revival, ¿verdad Señora Insania?

Como respuesta desenvaino mis dos dagas. The Next Big Thing. Dibujo un gesto de lanzador de cuchillos, y el más flaco de los Starring se encuentra con una de ellas hundida en el pecho hasta la empuñadura. El tipo rueda hacia atrás sobre la baranda, atraviesa el vacío como un meteoro y se estrella sin hacer ruido contra los Campos de Marte.

—¡¡¡Constantine!!!

Antes de que los otros reaccionen, engancho un mosquetón en la baranda y la salto. Consigo descolgarme desde el mirador utilizando un cable de acero con freno de rappel, ante la “soberbia” incredulidad de Starring & Starring. Al llegar abajo, mi cuerpo se resiente del esfuerzo. La enfermedad ya no me permite las mismas audacias. Encuentro el cadáver aplastado en una postura inmoral, y recupero mi daga.

Revival. París era una fiesta. Una última mirada a la torre me recuerda la vez que estuve allá arriba con Troya, y las palabras que nos dijimos. Jamás subiré tan alto. Volveré a París pero nunca volveré a París. Que me aspen. No me permito señas de nostalgia desde que me corté los meñiques de los pies. Mis pasos buscan la orilla del Sena para confundirme con las parejas y los borrachos.