martes, 3 de marzo de 2009

Muerte a Excelsa Pachaqui y Arial Bodrio

El teniente Friendy sigue la pista del pase VIP de la revista VAGUE. No tarda en averiguar que está registrado a nombre de Excelsa Pachaqui, la novia del actor Arial Bodrio.

El interrogatorio de la pareja, sin embargo, no encuentra ningún rastro que pueda conducir hasta Chelo Insania. Excelsa Pachaqui declara que el pase VIP le fue robado de la taquilla de su gimnasio, y amenaza con demandar a la Interpol por daños a su imagen. Muy al contrario, el escándalo de su detención recompensa el mal trago en forma de una provechosa exclusiva en VAGUE. ¿Es casualidad si, dos días después, se incendia una de las alas rosas del Everlasting Honeymoon —el avión privado de Arial Bodrio— y el aparato se estrella en algún lugar del atlántico entre Bahamas y Bermudas? No. Es el punto final de una luna de miel que ya duraba demasiado.

Echo de menos la oportunidad de leerlo, querida Tanako, pero intuyo lo que dice el informe de sus bebés informáticos:

Los ficheros declarados en la Agencia de Protección de Datos por el proveedor de servicios que aloja Lista de Muertos no contienen información útil sobre el usuario. El registro se realizó con el seudónimo “Chelo Insania”. La sospechosa actualiza las entradas del blog desde ordenadores públicos, cibercafés, locutorios, universidades... Técnicamente imposible seguirle la pista.

Friendy dirá que fue una torpeza ponerme sobre aviso en la suite de Eleniment, que tardó demasiado tiempo en descubrir el micrófono oculto bajo el infiernillo donde hervía la olla de arroz… Un comentario ingenuo, al fin y al cabo, puesto que me he ocupado de borrar mis huellas desde el principio.

—¿Cuál es la primera pregunta que debe hacerse el investigador de un crimen? Vamos Friendy, ¿qué le han enseñado en Bristol?

—Estoy en blanco, jefa... “¿Cuál es la causa de la muerte?”.

—La primera pregunta que debe hacerse el investigador de un crimen es: “¿A quién beneficia?”. Quitando el crimen irracional, cada acto delictivo debe esconder un móvil. Se mata por algo. ¿A quién benefician los asesinatos de Chelo Insania?

—A... ¿la humanidad? —dirá el comisario—. No me miren de ese modo, es lo que ella...

—¡Vamos a necesitar una cárcel muy grande, jefa!

—No se rían. No tiene ninguna gracia.

La siguiente propuesta de Friendy tal vez será guardar silencio en el escenario del crimen, hasta que los chicos del laboratorio certifiquen que está limpio de escuchas. Una excelente idea. Aunque pueden ahorrarse la comunicación por gestos porque no voy a seguir jugando con micrófonos. Las repeticiones aburren a Chelo Insania. Lo repito: voy a seguir repitiéndome hasta que despierte la turba sonámbula.

El tiempo es un barniz. Tras la muerte de la pareja de actores en aguas internacionales, el dedo lacado vuelve a convertirse en la única pista. No se imagina cómo llama la atención en público mi broche nuevo. El índice acusador, el dedo del gatillo... La gente lo ve y quiere uno igual, me pregunta en qué tienda los venden, me mira como a una loca cuando replico que no es un accesorio ni un adorno, es como las manchas rojas de algunos reptiles y batracios: una advertencia de peligrosidad.

La prensa publica el trágico desenlace del noviazgo de Excelsa y Bodrio, como un nuevo paradigma de tragedia aplicado a un nuevo paradigma del amor. Romeo y Julieta deben estar revolviéndose en sus tumbas. Incluso Chelo Insania se revuelve, al recordar otra vida en la que estuvo enamorada. Siete años han intentado hacerme superar aquella pérdida, y lo único que me han enseñado es que el tiempo es un barniz, no un bálsamo. Debajo de ese barniz la pena se desenfoca, pero nunca se diluye. Me olvido de olvidar mientras viva Joy Pachinko.