domingo, 21 de diciembre de 2008

Muerte a Chato Potos

Santisteban de Tajuña fue comisario de una galería de arte antes de hacerse comisario de homicidios. Por eso utiliza expresiones como “trayectorias y ámbitos”, “técnica mixta” y “descontextualizar”. Imagino las presentaciones en una sala del cuartel de policía, Tanako con sus zapatillas de tenis, Friendy con sus mocasines de ante:

—Agente especial Tanako Sasanga, Brigada de Amenazas de la Interpol. Este es mi ayudante, el teniente Ángelo Friendy, que coordina el equipo de investigación.

—Bienvenidos. Soy el comisario Santisteban de Tajuña. Siéntense, por favor.

El incidente en Villa Bandido fue portada de la prensa rosa. Pero homicidios ha citado a los muchachos de la Interpol para mostrarles la grabación del último programa de Chato Potos. No se lo pierdan.

—¿Han visto alguna vez El dormidero? —pregunta el comisario sin dejar de dar vueltas a su caramelo de regaliz. Friendy mira hacia Tanako y dice:

—Uno de esos talk shows, jefa. Presentadores muy graciosos y estribillos pegadizos.

—Afirmativo positivo, teniente. La parte estrella era el laboratorio de Tripi, el químico payaso, donde enseñaban a los niños a mezclar ácidos con bases, y vaciar tubos de Mentos en botellas de Soda-Cola Light.

—¿Ha dicho “era”?

—Lo era hasta que esa polla se ha metido por medio.

—Cuando dice “esa polla”, comisario, ¿se refiere a un disfraz de la gallina Turuleta?

—Más bien de la gallina truculenta. La polla penetra en el plató del programa durante una pausa publicitaria, llevando en la mano una granada sin seguro. Lleva también una televisión portátil, y amenaza con soltar el gatillo de la granada si observa que el regidor interrumpe la emisión.

—¿No había personal de seguridad? —pregunta el teniente Friendy.

—La polla les obligó a entregar las armas pisofacto, amenazándoles con volar el estudio. De modo que estamos en directo, en hora de máxima audiencia. Diez millones de telespectadores, de todas las edades, ante una polla gigante con una granada en la mano. Y cuando digo polla, teniente Friendy, me refiero a un falo erecto de metro ochenta con pelos en los huevos. ¿Alguien quiere un regalíz?

El comisario apunta con el mando hacia el DVD, y la polla de la tele dice:

—¡Hola niños y niñas, soy la Polla! Estáis viendo El dormidero, con Chato Potos. ¡Pero no por mucho tiempo!

—Santo Celo y Santa Barbarie.

—El disfraz es coj*nudo —dice uno de los agentes. Tanako tiene hielo en la mirada. La polla de la tele continúa:

—Hoy, en la sección de Tripi, el químico payaso, vamos ha hacer un experimento de biología. Como el programa es una mierda hemos traído un depósito de estiércol. ¡Adelante el depósito!

Dos azafatas en topless entran en el plano empujando un contenedor con ruedas. Se levantan los carteles de APLAUSOS y el público del plató aplaude con cara de miedo. La polla gigante dice:

—¡Gracias! Tenemos esposado a Chato Potos, como veis, dentro de este cajón de metacrilato. Ahora vamos a abrir el grifo del depósito. Si Chato es capaz de tragar más mierda de la que sale del grifo, se salva. Si no…

Chato Potos intenta gritar, pero la mordaza sólo le permite lanzar gruñidos. Suena la sintonía del programa y dos marionetas comienzan a cantar:

¡Vas a morir,

no darás más el tostón,

morirás en este cajón!

¡Estamos cansados,

tienes los ojos cerrados,

tienes caspa hasta en los piojos!

¡Vas a morir

ya no pintas nada aquí

no te olvides de hacer pipí!

¡Vas a morir, ya no pintas nada aquí,

Chato Potos, vas a morir!

—¿Sabéis qué día es hoy, niños y niñas? El día de la lucha contra el cáncer. ¡Abre el grifo, Tripi! ¡Repetid todos juntos!

La polla enseña la granada al público, y el público empieza a animar a Tripi:

—¡Abre el grifo, abre el grifo, abre el grifo...!

Tripi se hace pipí.

—No… no pienso hacerlo.

La polla gigante levanta un matraz con la mano libre y se lo rompe a Tripi en la cabeza. El químico cae inconsciente dentro del cajón de metacrilato. La polla le quita la mordaza a Chato Potos, hace rodar el grifo, y un torrente de estiércol inunda el cajón. La cámara cuatro capta los ruegos, los gritos de pánico de Chato Potos con la mierda hasta el cuello.

—¡Esa mujer es un monstruo! –dice el teniente Friendy apartando la vista de la pantalla.

—¡Es la polla! —El comisario Santisteban mastica el caramelo de regaliz, con la mirada hundida en las imágenes— Mis hijas ven este programa de mierda. Tienen siete y nueve años, ¿entienden? ¿De dónde coj*nes sacaría ese disfraz?